Contra lo que se pueda pensar, la
reunión de Fobia nada tiene que ver con la nostalgia. Todo empezó con la idea
de lanzar un box set con la discografía completa del grupo en formato de vinil
y entonces alguien de su disquera les planteó la idea de juntarse para una
firma de autógrafos. Aunque Paco Huidobro, Cha!, Leonardo de Lozanne, Iñaki
Vázquez y Jay de la Cueva se mostraron renuentes al respecto, terminaron por
ceder y concretaron Pastel, una gira de veinte conciertos.
El pasado 29 de junio dieron una
primera presentación en el Palacio de los Deportes con la que celebraron tres
décadas de trayectoria. Una más les queda por delante en Ciudad de México, el
21 de septiembre, y por ese motivo nos reunimos con ellos para platicar acerca
de tan importante suceso.
Luego de repetir el éxito fuera
de Fobia en otros proyectos, ¿cuál es la sensación de volverse a subir al
escenario juntos?
Paco: ¡Es increíble! O sea, hay
gente que se acuerda de una canción que compuse hace más de treinta años,
porque El Microbito es de antes de la fecha oficial del nacimiento del grupo,
Iñaki todavía no estaba dentro cuando la grabamos. Todavía ni siquiera era mayor
de edad cuando la escribí y le hicimos los arreglos cuando estábamos todos en
la escuela y nos llevaba nuestra mamá. Me encanta ver que esa canción tan
simple e inocente sigue en la cabeza de la gente.
Está padrísimo darte cuenta de
que no fueron treinta años de una lucha en vano, sino de establecer una forma
de vivir para nosotros y también una manera de que la gente vea que, si tienes
algo dentro, lo tienes que expresar a tu manera y no dejarte arrastrar por
tendencias, mercados, censuras, medios o modas.
A propósito de El Microbito,
recuerdan que les fue censurada cuando la estrenaron. Esto, aunque algunos
grupos y artistas lo ven como una forma de validación al incomodar lo
establecido, para ellos resultó en un bajón de ánimo. Para Paco habría valido
la pena si les hubiesen censurado algo más cabrón. Ese fue un síntoma más del
no haber pertenecido por falta de definición.
Paco: Nunca embonamos en la radio
pop, y también el mismo medio del rock nos hacía a un lado por “no venir del
barrio”. Pues sí, veníamos de barrio, uno diferente. Yo no me avergüenzo de
cómo crecí en lo más mínimo, al contrario, les agradezco mucho a mis padres
haberme podido dar una educación y no la voy a negar. Sería muy desleal y
estúpido de mi parte si se me presenta una oportunidad de irme a estudiar a
otro país no tomarla porque se ve mal o hay quien no tiene esa misma
oportunidad. Bueno, precisamente, ve, tómala y busca cómo ayudas para que los
demás la tengan.
A pesar del desagrado que Paco
manifiesta abiertamente hacia la industria musical, se sobrepusieron a todo, a
la censura, a las disqueras, a los managers y al mismo gusto del público. Si
tuvieran la oportunidad de repetir la historia de Fobia, ¿lo harían tal como
pasó?
Paco: Supongo que la tendríamos
que repetir tal cual porque si no el resultado no sería el mismo. O sea, las
cosas buenas y las malas son las que nos hicieron una unidad como grupo y una
personalidad individual lo suficientemente fuerte para ocupar ese espacio
dentro del grupo.
Cha!: Sí, además, las condiciones
que nos tocaron a nosotros son muy distintas a las que hay ahora. No había
señales para que pensáramos que eventualmente íbamos a grabar un disco, para
que nos firmara fulano de tal o para tocar en el Palacio de los Deportes.
Porque no había quién nos firmara ni el Palacio de los Deportes se usaba para
conciertos en aquella época, era otro mundo, otro México y otra escena de rock.
Realmente no podríamos cambiar nada porque sí somos muy un producto de nuestros
tiempos. No pensábamos mucho en el futuro, nunca se nos dio.
Sin embargo, Cha! sabe lo mucho
que hicieron en su momento para abrirse paso en los medios y sentar un
precedente para los grupos que emergieron luego de ellos. Recibieron muchos
comentarios negativos por haber aparecido en la portada de la revista Eres o en
el programa Siempre en Domingo conducido por Raúl Velasco. De vendidos no los
bajaron, y en una conferencia salió en su defensa el músico Guillermo Briseño:
“¿Pues en dónde sí se pueden presentar?, ¿cómo quieren que su música se dé a
conocer?”, cuenta divertido el bajista.
Cha!: En la televisión, salíamos
tocando con nuestra ropa, nunca nos pidieron que no tocáramos una canción o que
le cambiáramos la letra pero cuando nos pedían hacer playback, que era lo que
sí nos caía muy gordo, entonces salíamos con las guitarras sin cuerdas o al
revés, y lo más chistoso es que la gente de los foros ni cuenta se daba,
nuestros amigos sí y se reían. Era como nuestro chiste local.
Paco: Por ejemplo, yo hacía solo
de guitarra con un dinosaurio. Tenía sus cosas muy divertidas. Me acuerdo una
vez que fuimos a Siempre en Domingo, Leonardo llevaba un atuendo de karateca e
hizo mierda la escenografía; había una hamburguesa, él brincó, la rompió, y sí
hubo pedo, pero eso es un poco lo padre. Incluso el mismo Velasco nos dijo
alguna vez que, como alguien que era muy mal visto por los rockeros de la
época, no era tan mojigato.
Divertidos y con risas cómplices,
recuerdan esas apariciones en la televisión cuando el rock había quedado
marcado de forma negativa por Avándaro, el primer festival masivo en nuestro
país, del cual fue organizador el productor Luis de Llano. A quien hoy todavía
se señala por haber sido pieza fundamental de Televisa. Pero Paco reconoce que
De Llano también tomó riesgos al haber creado tanto ese evento como al grupo
Timbiriche, a quienes el compositor tampoco teme nombrar como algunos de sus
mejores amigos. Un día te das cuenta de que no debes de ser prejuicioso porque
es algo que te frena de conocer, de expandir tu visión y de hacer contacto con
personas diferentes.
Esta gira es para festejar el
reciente lanzamiento de un box set con toda su discografía en vinilo. Siendo
ustedes tan dedicados al arte en general, ¿sí hay una diferencia en el sonido
para quien lo sabe reconocer?
Paco: Al dedicarme a la
producción, te puedo decir que los vinilos suenan muy bien cuando tienen una
semana de nuevos y después ya no tienen la fidelidad que deberían. Lo que
siento yo que tiene de padre el vinil es que como era un artículo caro y
difícil de conseguir, hacía que te juntaras con tus cuates a escucharlo y eso
generaba pláticas, ideas, una comunión. Lo escuchabas mil veces porque no
tenías muchos y te los sabías de memoria. Los de Love and Rockets me los sé y
los podría tocar con ellos. El que realmente ama a un artista le gusta tener un
objeto, yo no podría conformarme con escuchar a Bowie nada más en streaming,
cuando los discos como objetos son increíbles.
El guitarrista está seguro de
que, a pesar de las bondades de los servicios de streaming, estos no exigen
mucho a los oyentes lo que podría provocar que las bandas empiecen a
desaparecer pues responden a una moda. La prueba, afirma, es que la mayoría de
las bandas que se sonaban al principio de la década pasada se han diluido. “Hay
bandas que se preocupan más por la forma que por el fondo. Estaba escuchando a
King Gizzard and The Lizard Wizard que, órale está muy bien pero, señores, el
psych se hace con basura. No debe estar bien grabado, se trata de viajarte no
de estar a la moda. ‘Que caigan las nenas a vernos tocar’, no; haz las cosas
bien y las nenas vendrán”, sentencia festivo Huidobro.
Los fans pueden estar tranquilos.
La relación entre los miembros de una de las bandas más importantes de nuestro
país presume de buena salud. Esta parte de la conversación se desarrolla cerca
de la piscina de un cuarto de hotel en Polanco, mientras Cha! toma el desayuno.
Entonces, un orgulloso y auténticamente feliz Paco le cuenta a su amigo haber
conseguido una copia nueva de la edición japonesa del Budokan de Cheap Trick en
un tianguis por tan solo doscientos pesos. Admite que, aún a su pesar, tuvo que
abrirlo para echar un vistazo al arte.
¿A qué atribuyen que Fobia haya
sobrevivido a lo caníbal que suena la industria de aquel entonces?
Paco: Pues a la necedad y al,
precisamente, no buscar estar a la moda. Nunca se trató de la moda y yo creo
que Fobia es el único grupo de art rock que ha habido en México. Suena muy
mamón, pero no, no había grupos en este país que, como los Talking Heads, por
ejemplo, prepararan un concierto en la parte visual y colgaran piñas y sillas
en el escenario.
Venimos de un ambiente de
artistas, de una generación que convivió con muchísimas personas dedicadas al
arte como los Cuarón, los Kuri y el mismo Del Toro, que llegó a estar en una de
nuestras tocadas. El lema de Gabriel siempre fue saber quiénes somos, de dónde
venimos y a dónde no queremos ir.
¿Cuál es su parte favorita de
volver a tocar juntos?
Cha: Justo eso, saber que
seguimos vivos, porque en treinta años pueden pasar muchas cosas, hay muchos
amigos con los que empezamos que ya no están y juntarnos, ver que tenemos la
capacidad de poder tocar es increíble. Nos gusta hacerlo y disfrutamos de las
canciones en sus versiones originales. Da gusto saber que podemos brindar un
buen show todavía, con una producción muy de nosotros en las pantallas, en las
mantas, en el cartel conmemorativo del concierto y en la música, por supuesto.
Esto no se trata de nostalgia. Nosotros lo seguimos disfrutando mucho.
Respecto a la elección de las
canciones elegidas para Pastel, confiesan, fue una decisión que tomaron a mano
alzada. “Más de dos votos se queda, y lo que se escogía tenía que sonar como es
porque qué feos los reencuentros que llegan y medio tocan de lo que se
acuerdan. Aquí, por suerte, nadie dejó de tocar entonces estamos en el mejor
momento como ejecutantes también y eso le agrega mucho a lo que estamos
ofreciendo en el show. No es Lastimita Tour”, bromea Paco.
Concluye que su parte preferida
sigue siendo el instante en que se desmayan las luces del recinto, se escucha
el rugido del monstruo que representa el público y el saber entonces que no hay
vuelta atrás.
Adentro de la habitación,
aguardan Iñaki y Leonardo, quienes bromean con la buena atención que han
recibido durante toda la mañana de promoción y juegan con la idea de ir a vivir
a un cuarto como ese cuando el rock les permita costearlo.
Comentaba con Paco y Cha! que
esta no es una reunión que responda a la nostalgia, ¿cómo se sienten luego del
primer concierto en el Palacio de los Deportes?
Iñaki: ¡Increíble! Lo bueno es
que esta gira ya arrancó, hemos dado cinco conciertos y el primero ni siquiera
fue el del Palacio. Habría sido mucha presión y hemos aprendido a lo largo de
la carrera que eso no es conveniente. Yo estoy muy feliz de poder revisitar los
discos, a mis compañeros y al grupo con cierta frescura. Uno de los elementos
que brinda esa sensación es el tocar las canciones tal y como se grabaron con
esta alineación. Eso es muy padre porque algunas canciones, recién las
terminamos de grabar, ya las estábamos tocando distinto en vivo.
Y el hecho de decir “no, así es
como deben de sonar”, en mi caso como tecladista, el trabajo que conllevan los
sintetizadores, las programaciones y qué sintetizadores utilizar para acercarme
lo más posible al sonido, fue un reto en mi carrera. Me encantaría estar
corriendo frente al público por todo el escenario, como en otros proyectos,
pero me gusta que eso es lo que me toca en esta banda y lo disfruto porque lo
descansé algunos años.
Leonardo: Es muy extraño porque
nos reencontramos luego de mucho tiempo, de vernos poco y de no tocar. Pero hay
un cierto ingrediente que no ha cambiado desde el primer disco, hay ciertos
humores y anécdotas que nos unen a pesar de lo diferentes que somos; cuando
tocamos las canciones, hay sonidos y arreglos que nos remontan a treinta años
atrás y es muy raro volver a ser adolescentes, pero siendo grandes, una
sensación peculiar. Yo lo he disfrutado mucho porque es algo de lo que tenemos
que estar muy agradecidos porque a nuestra edad estamos todos sanos y gozando a
plenitud. Es una bendición y hay que celebrarlo.
La energía que se logra en los
conciertos es bien especial porque no es un concierto nostálgico, es más bien
de unión y solidaridad, de complicidad y de euforia. Hay una conexión muy
peculiar de saber que estamos en el mismo barco.
El vocalista y frontman confiesa
que desde hace un tiempo tiene una visión más espiritual de la vida y está
seguro de que él y sus cuatro amigos tienen algo pendiente que cerrar. Para
Leonardo, esta gira no es un accidente ni una oportunidad de complacer a los
fans y que la celebración llega a quedar en segundo plano; para él hay algo que
no ha ocurrido o que ya ocurrió sin que se dieran cuenta y que está en vías de
resolverse, reabrirse o cerrarse, pero está pasando. Y asegura que eso ya hace
que valga la pena.
Hace unos días escuché que aún
conservas los disquetes con las programaciones originales de los primeros
materiales de Fobia.
Iñaki: ¡Sí!, y me pasó algo muy
padre. Mi esposa, platicando con el periodista Óscar Sarquiz, se enteró de que
él tenía mi primer sampler, con el que empezó Fobia. Porque en su momento lo
vendí para comprar algo mejor, la persona que me lo compró lo tuvo muy poquito
tiempo y se lo vendió a su vez a Óscar quien lo conservaba en su estudio. Se lo
vendió a mi esposa por una cifra que no fue hecha del conocimiento popular y mi
esposa me lo regaló en mi cumpleaños y, bueno, yo lloré. Ese instrumento no
sale de mi casa, pero le metí los disquetes y funcionó perfecto.
Entonces, para algunas canciones
del primer disco que estamos tocando volví a samplear en alta definición las
programaciones en el equipo que estoy usando, de modo que, a diferencia de las
giras de los últimos veintiocho años, para los conciertos de ahorita recuperé
esos sonidos originales. El otro día que estábamos tocando Pudriendo en un
ensayo, puta, a todos les dio un dejà vu muy cabrón y todo por el Ensoniq
Mirage, que así se llama el teclado.
La mañana en que nos encontramos
con el grupo, falleció la gran intérprete de soul, Aretha Franklin y hace no
mucho también murió David Bowie, de quien Paco es gran fan.
Justo hace rato decías que esta
es una celebración del estar vivos no sólo ustedes banda sino también los fans,
¿cuál es esa sensación de ver cómo parten los músicos con los que crecieron y
que hoy ustedes se pueden presentar todavía, incluso en mejor forma como
ejecutantes?
Leonardo: Es eso, que no nos
retiramos, que seguimos haciendo cosas de música todo el tiempo. No somos unos
señores que se desempolvaron luego de haberse ido como oficinistas y que
regresan preguntándose “¿cómo era esto del rock?”. Estamos activos y tenemos
éxito tanto en nuestros proyectos musicales como fuera de ellos. Está increíble
que logramos poner como prioridad esta gira en el calendario y es hacer estas
veinte fechas y ya, sin andar chantajeando ni prometiendo que estamos de vuelta.
Aún queda un concierto más del
tour Pastel para los fans de Ciudad de México, en ella, aseguran, harán ajustes
y sumarán canciones, la rebanada será más grande, Y aunque no descartan volver
al estudio, tampoco hay planes, por lo que piden a los fans no dejar pasar la
oportunidad de sentirse vivos.
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