A Silent Film es una banda de Oxford, Inglaterra conformada
por Robert Stevenson (voz, pianos) y Spencer Walker (batería). Hace unos días
se aventuraron a venir a nuestro país para explorar una de las aduanas más
complicadas para muchos artistas: los escenarios mexicanos. El viernes, antes
de su concierto en la Ciudad de México y luego de sus presentaciones en
Guadalajara y Monterrey, tuvimos la oportunidad de entrevistarlos y aquí les
dejamos el registro de lo que nos dijeron.
Antes de esta charla, nos entregaron información sobre
ustedes y lo primero que notamos fue que se comparaba su trabajo con el de
Coldplay y The Killers, ¿son pesadas, de alguna forma, esas comparaciones?
No realmente, porque son otras personas las que están
diciendo que nuestro trabajo se parece al de ellos, y no al revés. Además, a
nosotros nos gusta la música de ambas bandas; creemos que sería hasta incómodo
que se nos comparara con grupos que no nos gustan.
Lo que sí es un hecho, es que resulta un poco sorprendente
porque no estamos influidos, al menos de forma directa, por Coldplay o The
Killers. Cuando empezamos con la idea de hacer carrera en la música, estaban en
su mayor apogeo grupos como Nirvana y Radiohead, y escuchábamos mucho a The
Smiths, por mencionar algunos nombres. Pero como influencia directa, ambos,
tenemos a Neil Young, The Band, Bob Dylan y Bruce Springsteen; pero tampoco
formamos A Silent Film con la idea de sonar como ellos.
En ese sentido, ¿qué tan fácil o difícil ha sido encontrar
ése sonido en cada álbum? Está el caso de Sand and Snow (2012) que suena mucho
a algo que pondrías para un road trip.
Ha sido un proceso natural por los años que tenemos tocando
juntos, lo que nos ha dado la oportunidad de producir nuestros discos y en cada
uno de ellos sabíamos muy bien a qué queríamos sonar o cómo. Afortunadamente no
lidiamos con las opiniones de nadie ajeno a nosotros porque hasta ahora
manejamos de forma muy independiente nuestra carrera.
Cuando nos sentamos a componer, es más bien aventurarnos con
nuevos sonidos o conceptos. Por ejemplo, el segundo, como bien lo mencionas, es
algo que suena a road trip porque esa era un poco la idea que teníamos pues el
primer disco nos llevó de tour por varias partes de Inglaterra y así era como
llegábamos: hacíamos viajes largos por carretera. Nuestro disco homónimo aún
conserva algo de eso porque no hemos dejado de andar por carretera.
A veces es un poco ambiguo cuando encuentras una banda que
se define como rock-pop, pero cuando escuchas la música de A Silent Film puedes
llegar a comprender el concepto: la melodía es sencilla, pero con energía y
pegajosa, como suele ser en el pop; en cambio las letras van un poco más allá y
no se quedan en el nivel superficial, lo que es, en muchos casos, distintivo
del rock. Sobre ese punto desarrollamos la plática.
Es muy interesante para nosotros ese punto porque si bien
tenemos influencias como las que ya mencionamos, que son icónicas en la música,
también nos gusta mucho el pop. Es un poco más amable, divertido y hoy en día
está en todas partes. Por ejemplo, la canción I Don’t Need A Reason, tiene una
letra que se antojaba para ser una balada, pero quisimos darle un giro más
animado sin quitarle lo romántico.
Robert, quien es el encargado de escribir las letras, dice,
es algo que le encanta cuando compone: tomar una letra y ponerle matices que,
de alguna manera, no le corresponderían. A su vez, Spencer sabe muy bien lo que
tiene que hacer cuando cae en sus manos la letra de un nuevo track: darle ese
toque que necesita para que al momento de trasladarla al show en directo cobre
un nuevo sentido
Esta es su primera vez tocando en nuestro país y ya dieron
dos de sus tres shows, más allá de la música ¿qué hace especial un concierto de
A Silent Film?
Creo que ese es otro aspecto que compartimos con el rock.
Sí, tenemos que estar frente a los instrumentos, pero éstos no nos atan de
ninguna manera. Ni siquiera a Spencer que está detrás de la batería, en ningún
momento lo vas a ver estático o en un segundo plano. En mi caso, al ser
frotman, tengo que estar en el mismo nivel. Nos gusta que la energía y las
emociones sean cíclicas: que el público nos vea animados para hacerles mover el
cuerpo y éstos a su vez nos incitan a apoderarnos del escenario.
No somos un grupo concentrado en el color de las luces o
grandes estructuras para entretenerlos; sobre todo en esta ocasión, que tuvimos
que viajar ligeros. Preferimos medir emociones y desde ahí accionar nuestro
setlist.
Como muchos grupos antes de presentarse por primera ocasión
en un país, A Silent Film investigó con algunos compadres de otras bandas para
ver qué onda con el público mexicano y, nos platican, que se llevaron una grata
sorpresa al confirmar lo que se decía: un público que canta cuanta canción se
sabe y las baila todas. En el caso del show de Monterrey, tuvieron a espaldas
de escenario una bella postal del Cerro de la Silla lo cual, dicen, le dio un toque
memorable a su concierto.
Su disco homónimo apenas tiene unos cuantos meses de haber
sido lanzado al mercado, por lo que aún le queda mucha vida, ¿cuáles son sus planes
a corto plazo?
Esperamos que nos permita llegar geográficamente tan lejos
como sea posible. Aún estamos buscando que nos programen en estaciones de
Estados Unidos y que esto nos permita tocar más de aquel lado. Quizás hacer
otro road trip.
Pero definitivamente, nos encantaría que nos deje volver a
México porque sabemos que esta es la puerta correcta si buscamos ir hacia el
sur del continente.
Para Joyride
Para Joyride
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