Hace unas semanas, me llegó al teléfono una canción de Susto, un proyecto estadounidense liderado por Justin Osborne cuya carta de presentación fue una canción que, aunque con acento, era cantada en muy buen español.
Menos de veinticuatro horas después, me reuní con Justin para platicar de Susto, de su tercer álbum Ever Since I Lost My Mind y de su trabajo como compositor. En Spotify se pueden escuchar sus dos primeros discos, llenos de historias tan duras como reales. Pronto me daría cuenta de que tenía mucho que decir.
Me gustaría empezar por tu proceso de composición, ¿cuándo sucedió?
Creo que empecé a escribir canciones poco antes de los dieciséis años, cuando todavía vivía con mis padres y por mucho tiempo me sentí muy nervioso por ser completamente honesto porque me preocupaba qué iba a pensar la gente si sabían cómo pensaba respecto al mundo.
Pero cuando Susto se convirtió en mi proyecto estaba viviendo en La Habana, Cuba, y estaba muy expuesto a la trova que es un tipo solo con su guitarra y sus pensamientos en voz alta. Al escuchar su humor y honestidad me prometí que no me iba a preocupar por lo que pensara la gente acerca de mí o si se ofendían. No es que escriba algo abiertamente ofensivo, pero pongo la honestidad ante todo.