martes, 20 de septiembre de 2016

El dolor y la paz: reseña a “Skeleton Tree” de Nick Cave & The Bad Seeds


Hace un año, Nick Cave sufrió una de las pérdidas más grandes que pueda pasar una persona: la pérdida de un ser amado. Su hijo Arthur, de 15 años, entonces, murió al caer por un acantilado cuando pasaba por un viaje de LSD.

De qué otra manera habría de confrontarlo sino a través de la música. Estaba justo en medio de la grabación de un disco, imaginamos, con otra intención que la catarsis, pero puso en nuestras manos Skeleton Tree (2016). Un álbum, de principio a fin doloroso.

Y no es en sentido figurado. Jesus Alone, el primer track, trata de ponerle rostro y hasta nombre al dolor. Nick experimenta aún hoy una pérdida fuerte, pero sabe que hay más presentaciones de la misma sensación y puede llegar en cualquier momento. Pero no por ello trata de evitar la sensación. En esta primera canción, le llama para verla de frente y, más que cantarle, a la usanza de Leonard Cohen, le recita qué siente, qué ve y qué le quitó.

A diferencia de los álbumes anteriores, Nick poco trató de vocalizar, y se entiende el por qué cuando en Rings of Saturn, se le escuchan un par de quebrantos muy leves en la voz. Al tiempo que, una vez de frente al dolor, sabe que no está solo y que tiene que ser un poco más fuerte para quienes le pueden necesitar.

Bien pudo haber descrito lo que pasaba a su alrededor cuando trató de retomar las grabaciones del disco, pero Nick usó las alegorías para ilustrar sus letras. Magneto podría ser una sobre las ocasiones que usó drogas de forma indiscriminada y por lo que solía pasar. A su historia le pone rostro de mujer y la sumerge en el hipotético infierno en que se puede convertir un baño si se usa como refugio para drogarse.

Justo a la mitad del disco, no puede evadir más el tema y hace referencia a la forma en como su hijo cayó del acantilado. Con madurez, pero sin resignación, canta que en el amar está implícito el perder a alguien. Es inevitable.

A partir de la canción anterior, no sólo se rompen la alegorías para hacerlos más personal, también la música cambia. Ya no hay más sonidos propios del gospel, la música se simplifica un poco a un par de notas en el piano o acordes de guitarra. Pero menos es más.

Distant Sky es lo que ya quisieran tocar las iglesias para brindar paz a los corazones de sus allegados Una hermosa voz femenina da un poquito de esperanza misma que llega del todo en la última canción: Skeleton Tree. En donde con sinceridad, Nick asume los hechos, y mira hacia atrás con nostalgia. Y sin tratar de convencernos de nada, dice que todo está bien.

Porque el dolor tiene forma, huele, sabe, al igual que las sensaciones positivas de la vida. Por ello no hay que darles la vuelta para tratar de evitarlas sino tratar de congraciarnos con él.

Para Joyride

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