Desde hace muchos años, nuestro
país se ha distinguido como una plataforma para los artistas del centro y sur
del continente; desde aquí, se dan a conocer. Sus sonidos y propuestas toman
otros matices y consolidan sus carreras. Muchos ven a México como uno de los
grandes logros a conquistar. Pero hoy te vamos a presentar la otra cara de esa
misma moneda.
Hace algunos días tuvimos la
oportunidad de platicar con Eduardo Arenas, bajista de Chicano Batman, grupo
que concibe en su sonido una rica mezcla latina de sonidos, propuesta tan
atractiva que les ha permitido salir de tour con Jack White y Alabama Shakes.
Por teléfono, y a unas horas de presentarse en el festival SXSW, esto fue
lo que nos dijo.
Dentro de su propuesta, han
concebido muchos sonidos que podemos denominar latinos en toda la extensión de
la palabra. ¿Se sienten privilegiados en ese sentido?
Por supuesto que sí. Somos el
resultado de la mezcla de El Salvador, Colombia, Brasil, Michoacán,
Guadalajara; de sus viejas canciones de su lenguaje. Somos historias de lucha,
sobrevivencia, inmigración, y la sabiduría de un montón de generaciones.
Todos tenemos formación musical,
educación universitaria y hasta maestrías. Somos y tenemos todo lo que nuestros
padres querían para nosotros y hemos tratado de ponerlo de manifiesto en
nuestra música. Chicano Batman es la campechana más americana, una capirotada
para comerse todos los días.
¿Y ha sido difícil darse a conocer estando allá?
Difícil es para cualquiera que no
tenga un buen producto, de eso nos hemos preocupado nosotros. Y de trabajarle
mucho, todos los días. Eso es algo que te enseña este país. Nos ha ayudado,
creo, el que no hemos subestimado a nadie. Cualquiera puede escucharnos, tener
acceso a nuestra música.
Ahora que el haber tocado con
Jack White por supuesto que fue un gran impulso y siempre vamos a estar
agradecidos con Ikey Owens por la oportunidad y la confianza.
No pudimos evitar preguntarle a
Eduardo por su sentir acerca de la situación por la que pasan los Estados
Unidos dado que los desaires políticos afectan en todos sentidos. Al respecto
nos dijo que está convencido de que el amor y el sentido de humanidad siempre
va a sobreponerse a cualquier cosa, inclusive la política, no importa de qué
tendencia sea ésta.
Si algo le preocupa es el miedo
porque con miedo nadie puede ser realmente libre ni tomar decisiones; por eso
hay que cuestionar el miedo. Juzgar tampoco ayuda en mucho y en algunas
ocasiones, siente, que las personas confunden el ser crítico con el juzgar.
Las combinaciones de géneros e
influencias son bastante sinceras. Las melodías, los tonos de los teclados y
hasta su vestimenta hacen alusión a su gusto por bandas como Los Ángeles Negros
o Los Pasteles Verdes; en sus guitarras y bajo se puede sentir el soul y el
funk mientras que en las letras se vislumbran historias de las calles angelinas
y otras tantas más optimistas.
¿Cómo es el proceso de
composición del grupo?
Para ponerte un ejemplo muy
concreto, la canción Freedom Is Free empezó con una base rítmica que trajo
Carlos en una mañana de martes. Él empezó a tocarla y de repente ya estábamos
jammeando. Gabriel nos marcó el tiempo con la batería y yo entré con un bajo
más funk. Ya después, Bardo le puso la letra. Claro que no todas nuestras
canciones han salido así. Algunas veces viene la letra primero y según el humor
de la canción empezamos a componer la música. Obedecemos a la magia del momento
o a un juego.
Pero llegar a este punto de
fluidez no es algo reciente. Antes tuvimos que pasar por dos ep’s y un par de
discos largos en los que amarramos una relación de amistad y confianza. Porque
un grupo es como una relación y necesita de esos elementos. Nuestras primeras
composiciones respondían a las ansias de hacer música, de explorar sonidos y
experimentar con ellos.
En la voz de Eduardo, en la que
se entiende un perfecto español sin anglicismos, pero con un marcado acento,
podemos notar la emoción al hablar de lo que los ha llevado hasta este punto de
su carrera, donde la aceptación del público es cada vez mayor.
Nos queda bastante claro cuáles
son sus influencias latinoamericanas, pero ¿qué han tomado de los Estados
Unidos?
Tanto como hemos podido. La forma
en la que este país ha reinterpretado la música étnica africana y la manera en
la que la han asimilado; además de todo el soul y, por supuesto, el rock.
También nos ha puesto en la posición de poder trabajar con Leon Michels en su
estudio de New York, que es todo analógico. La oportunidad de trabajar al lado
de gente con tanta experiencia; compartir escenario con los Alabama Shakes. Eso
nos ha dado y eso hemos tomado.
El próximo 21 de junio se van a
presentar en el Lunario del Auditorio Nacional, pero no es la primera vez que
nos vistan pues ya han tocado en algunos lugares de la frontera y en la edición
2015 del festival Trópico. Pero Eduardo nos platica, para cerrar nuestra
charla, de lo que significa para ellos su primer show en la Ciudad de México.
Nos hubiera encantado venir
antes, como teloneros de alguna banda de la talla de Maldita Vecindad, porque
nos ha tocado estar en conciertos suyos acá y ver cómo el público se apasiona
tanto por el artista que va a ver que se pone medio hostil con el encargado de
abrir. Esa habría sido una gran prueba para nosotros.
Pero nos hemos saltado ese paso y
estamos realmente emocionados por estar frente a lo que esperamos, sea nuestro
público y poder generar algo de química con ellos.
Para Joyride
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