Son la banda que escuchamos hasta
el hartazgo en el 2013, los merecedores del premio IMAS a la Mejor Banda del
Año en el 2014 y los encargados de telonear los conciertos que dio The Rolling
Stones en México el año pasado. El grupo Little Jesus apareció de un momento a
otro en nuestro radar y parecen decididos a quedarse mucho tiempo.
Hace algunos días nos reunimos
con dos de sus integrantes, Santiago Casillas y Fernando Bueno, para hacer un
balance de cómo va, hasta este momento, la trayectoria de su segunda placa, Río
Salvaje (2016). Además, nos hablaron del próximo show que van a dar en el Teatro de la
Ciudad en donde se van hacer acompañar por una orquesta.
¿Cómo lidian con el vértigo que
puede provocar un ascenso tan repentino como el suyo?
Fernando: En mi caso en
particular, trato de no pensar en eso ni de convertirlo en un problema. Desde
que empezamos todo ha sido muy relajado muy de entre amigos, entonces nunca nos
ha entrado la preocupación de “ya crecimos y tenemos que hacer cierto tipo de
cosas”.
Cuando ustedes entraron a la
escena ya había redes sociales, algunas plataformas de streaming y escenarios
que abrían sus puertas con relativa facilidad a proyectos como el suyo. Esta
nueva era es su ambiente y no han tenido que adaptarse a ella. Desde mi
perspectiva, son una banda netamente millenial, ¿esto también ha influido en
aminorar esa subida?
Santiago: Sí, llegamos justo a
tiempo a esa era de las redes sociales y siento que las hemos sabido aprovechar
bien. Igual ahorita ya crecieron mucho más, pero fue uno de los factores que
ayudaron a que se corriera la voz de esta banda.
Además, de que nos tocó la última
colita de la radio. Nuestro primer sencillo, Berlín, comenzó a sonar en Reactor
y a partir de ahí fue que nos empezaron a invitar a más lugares. A nosotros
todavía nos tocó que Rulo pusiera canciones nuestras. Creo que, hoy en día, que
tu canción suene en la radio ya no provoca eso.
Fernando: Eso si hablamos de la
escena independiente, en la música comercial aún funciona de la forma
tradicional. Hay estaciones que te recetan la misma canción todo el día y que
yo me las sé porque las traen en el Uber. Ojalá que hicieran eso con nuestras
rolas.
Porque las plataformas tienen
cierto alcance nada más, llegan a determinado público y ya. En cambio, la radio
sigue teniendo la posibilidad de ser escuchado por niños y viejitos.
A poco más de doce meses de
haberlo publicado, ¿ha cambiado el sabor de las canciones del Rio Salvaje?
Santiago: Yo lo sigo disfrutando
muchísimo. Creo que hicimos una buena selección de sencillos, elegimos las
canciones más pop. Me hubiera gustado sacar algunas más locochonas como Trágame
Tierra o Golden Choice, aunque todavía podemos hacerlo. Siento que nadie le
hizo justicia a Río Salvaje, la canción instrumental.
A lo mejor el público que ya nos
sigue y quienes apenas nos conocen ya no se sorprendería tanto si sacamos una
canción instrumental como sencillo por el precedente que dejamos con TQM y ese
último tramo del corte.
Las estructuras de estas
canciones esquivan al público mexicano que se distingue por cantar tanto como
puede en un concierto. Desde el escenario, ¿cómo definirían la relación con sus
fans?
Fernando: Realmente no pensamos
en eso cuando hicimos las canciones y, aun así, la gente supo darles la vuelta
y las cantan, las corean y las destruyen. Siempre hay un intercambio de energía
en los conciertos, siento que es mutuo. Nosotros tratamos de darlo todo y
cualquier concierto es igual de importante. Pero también creo que eso se
contagia del público.
Con el ritmo que lleva este grupo
en su trayectoria, es muy probable que pronto los veamos anunciar una
presentación en el Teatro Metropólitan. Ellos no lo descartan como una meta y
un deseo a mediano plazo, la cuestión recae en el diseño de un espectáculo
especial para cada concierto que dan, ya sea en un festival o uno exclusivo de
ellos.
Sin embargo, tienen muy claro que
prefieren un recinto donde los fans estén de pie, con la libertad de moverse y
saltar pues es de esa energía desde donde se dispara lo que transmiten en el
escenario. Si les dieran a escoger, preferirían presentarse, y llenar, dos
veces El Plaza, al cual tienen como uno de sus preferidos tanto por el espacio
como por la calidad del sonido.
Consideran, para que uno de sus
conciertos sea memorable participan tanto el público como la banda pues se han
presentado en los que no pudieron llenar o no se libraron de un desperfecto
técnico, pero igual lo recuerdan como un triunfo.
El echar mano de una orquesta es
una carta que suelen jugar las bandas cuando tienen cierta trayectoria, ¿por
qué hacerlo “tan pronto”?
Santiago: La verdad es que fue
una broma que quisimos llevar al límite. Nos gusta hacer cosas como de banda
legendaria desde que estamos empezando. Esa es nuestra tirada. Somos como
Spinal Tap (1984). Hace poquito coincidimos en que queríamos que se viera todo
como un rockumental. Queremos proyectar que estamos viviendo el sueño, tal
cual, como en un documental.
He visto en ustedes una actitud
muy positiva incluso ante aspectos como el hate. ¿Qué cosa sí les llega a
afectar y cómo lo abordan?
Santiago: El hate, la verdad, me
gusta, porque eso quiere decir que alguien se tomó el tiempo de escucharnos. Lo
que sí me puede afectar es que un concierto no se llene. Aunque la respuesta
aquí en el país es bastante buena.
Fernando: Y donde mejor nos va,
fuera, es en Zaragoza, España. También en Perú. De hecho, los públicos
mexicanos y peruanos son bastante parecidos en intensidad. Cantan y gritan
todo.
Santiago: En España son un poco
más juzgones, pero igual son apasionados. Ponen mucha atención a los detalles.
A lo mejor se quedan un poco callados y al final te comentan.
Las dos veces que hemos ido lo he
disfrutado mucho y como que consolidaron a la banda como una unidad. Me dolió
mucho no ir este año a presentar el Río Salvaje. A Norte le fue muy bien allá y
como que hemos empezado a construir una base en ese lugar.
Fernando: Lo ideal sería que con
la vida que le queda a este disco podamos ir a desarrollar algo a Europa y a
Estados Unidos, mientras que hacemos que la gente de aquí nos extrañe. Siempre
hay que darle un respiro al público de la Ciudad de México sin pasarse de
lanza.
No hace falta ponerle tanta
atención al disco, así como a los videos de La Magia y TQM para captar los
guiños que hacen a los extraterrestres. La idea de que haya vida en otros
planetas, en otras galaxias es algo que a ambos músicos fascina desde que eran
apenas unos niños y quisieron ponerlo de manifiesto a lo largo en el álbum.
Para el sucesor de éste, no descartan el hacer canciones con el fin de hacer
contacto.
A propósito de esto último, nos
dijeron que ya empiezan a surgir las ideas para la prueba que representa para
muchos grupos el tercer disco. Nada más falta que pongan manos a la obra.
¿Cómo hacer que funcione un
impulso como el incorporar una orquesta en su show?
Fernando: Muchas de las cosas que
hemos hecho son, tal cual, impulsos. Lo anunciamos un día, hasta que nos cayó
el veinte y a los tres meses ya tenemos que ponernos a trabajar y hacer todo
bajo presión. Quizá por ahí también está una clave de nuestro éxito.
Arturo Vázquez-Vela es nuestro
director de orquesta. Todavía no ensayamos con ellos, pero confiamos en que le
habrá sacado tanto jugo al repertorio como ha podido.
Santiago: Es poco probable que lo
repitamos de nuevo en otro lugar, así que va a ser único. Lo vamos a grabar,
aunque todavía no sabemos en qué formato lo vamos a sacar. Si ya tienen sus
entradas, no olviden que es de gala.
Para Joyride
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