jueves, 1 de marzo de 2018

Un nuevo panorama, más natural y azul: entrevista con Zoé


Luego del éxito obtenido con Prográmaton (2013), álbum con el que dieron más de cien conciertos, Zoé, regresa a los escenarios con un nuevo disco bajo el brazo: Aztlán (2018). Esta vez, sumaron a su equipo de trabajo al productor Craig Silvey y se tomaron el tiempo de grabar en su propio estudio Discos Panoram.

A propósito de los planes que vienen con el nuevo álbum, platicamos con Rodrigo Guardiola (batería), Ángel Mosqueda (bajo) y Jesús Báez (teclados). También hablaron de su relación con los fans y del aporte que el grupo ha hecho a la música mexicana.

Empecemos hablando de Azul, la carta de presentación del nuevo material.

Rodrigo. El sencillo salió hace apenas unas horas y lo escogimos porque podría introducir bien a la gente al sonido del disco que sale hasta el 20 de abril. Todavía no revelamos el título del álbum, pero ya verán que sí hay una línea conceptual. No necesariamente ligada a la música, pero sí como texto que va a dar pie a muchas cosas en este ciclo.


Ya hay un primer video, fue escrito y dirigido por León Larregui (voz) y en el cual se cuenta una historia de amor en un futuro apocalíptico. Como escenario, tienen Tokio, el Caribe y Ciudad de México.

¿Cómo trabajan la composición luego de tantos años juntos?

Ángel. Yo creo que el acoplamiento es algo que ya se da de manera natural. Se dio desde el día uno y así lo hemos mantenido después de haber hecho seis discos. Somos una banda que más bien funciona de forma intuitiva.

Pero sí te puedo decir que, de repente, al inicio de cada disco existen ciertos acuerdos de cómo vamos a hacer el disco, establecemos a lo mejor ciertas metodologías e intentamos comprar nuevos instrumentos. Ese tipo de cosas que enriquecen la creación de un disco puesto que no puedes hacer el mismo disco toda tu vida; tienes que buscar alguna motivación o un nuevo sonido.

Hace cuatro años, el grupo inauguró su propio estudio de grabación, Discos Panoram por el que ya han pasado algunas bandas, no así sus precursores, hasta ahora. El álbum, del cual prefieren mantener como un secreto el nombre, es el primero que trabajan en este espacio.

Para Jesús, este cambio les significó muchas ventajas. Desde que a todos les queda cerca hasta la libertad que les brindó para poder experimentar.

¿Repitieron la fórmula de trabajo que han hecho con Phil Vinall desde el Rockanlover (2003)?

Rodrigo. Sí, volvimos a trabajar ocho de los doce tracks con él. Para los cuatro restantes, tuvimos la participación de Craig Silvey, quien también se encargó de la mezcla del álbum completo.

En los temas que produjo Craig, Sergio Acosta (guitarra) se involucró mucho, especialmente en la preproducción que, por primera vez, hicimos en México. Durante esta parte de la preproducción íbamos grabando todo, como si fueran las tomas reales, aunque todavía estábamos buscando arreglos, versiones y estructuras. Pero fluyó muy bien. Creemos que alzó muchísimo el nivel de los temas y le dio la vuelta a cada uno de ellos. No fue tan mala idea dividir esto porque fue, a diferencia de otros procesos, más largo ahora. Nos echamos casi todo el 2017.

Ángel asegura que él sí llega a sentir nervios cuando van presentarse en un escenario grande, como fue en el Foro Sol o en un festival de la talla del Vive Latino. Pero, dice, esto es algo normal pues no siempre se pueden controlar todos los aspectos. Chucho, en cambio, dice ya no sentir nervios.

Predominan la ansiedad, la curiosidad y la emoción porque llegue el momento en que los fans tengan el disco en sus manos, así como sus reacciones ante el mismo.

Jesús. Escuchamos infinidad de veces cada canción. En el proceso hubo de todo: momentos muy relajados y otros muy duros por el esfuerzo. Son doce temas y para nosotros es mucho trabajo porque se tienen que pulir. Ojalá les guste tanto como a nosotros.

Punto y aparte son las presentaciones en vivo del grupo. ¿Cómo va el proceso previo?

Jesús. Estamos en la etapa de ensayos, pero ya vamos muy avanzados. Planeamos poner varias canciones de este nuevo álbum, lo cual nos tiene muy contentos: poder darle una refrescada al show. Vamos a combinar unos nueve temas con lo más representativo y con lo que más nos gusta de la discografía de Zoé.

Rodrigo. Esta vez, no sé por qué, estamos montando las canciones en una línea más cercana a la versión y los arreglos del disco. Tal vez porque en las giras anteriores siempre hacíamos versiones un poco más libres. Ese puede ser un cambio interesante porque también ha resultado de forma natural.

Hemos trabajado mucho en tecnología para replicar los sonidos de los sintetizadores, que fueron un montón. Porque no podríamos viajar con todo lo que usamos para el disco, pero sí hay formas de acercarnos a ese sonido lo más posible.

En cuanto a la parte visual, apenas estamos cerrando el arte del disco y después vamos a hacer su respectiva traducción para acoplarla a los shows, que va a ser una parte divertida. Todavía no te podría describir para dónde va, pero vamos a jugar con la temática del título.

Hasta los oídos del grupo han llegado las historias de fans que se conocen y enamoran durante uno de sus conciertos para luego tener hijas y ponerles, por ejemplo, Paula, Poli o Zoé en honor al grupo que recientemente cumplió dos décadas de trayectoria. Que la gente crezca con uno es un privilegio que pocas bandas tienen, aseguró.

Han pisado los escenarios más importantes de este país, han grabado en varios formatos, incluyendo un Unplugged y han ido a países en los que pocas bandas ni siquiera piensan todavía. ¿Qué les falta por hacer?

Ángel. Yo creo que siempre tenemos nuevas metas. La primera es mejorar nuestro show todavía más. Y aunado a eso, nos encantaría tocar en festivales en los que no lo hemos hecho. Tenemos la fortuna de que nos invitaran por primera vez a las ediciones de Chile y Argentina de Lolapalooza este año. De ahí vamos al Estéreo Picnic de Colombia, por tercera ocasión; un festival que ha crecido muchísimo y que, creo, ya es uno de los más importantes de Latinoamérica.

Como esos, hay muchos en los que queremos tocar para esta nueva gira y yo creo que también es eso, tocar en países a donde no hemos ido. Pero todo esto, te lo digo personalmente, basados en mejorar todavía más el show, creo que es algo que nos motiva muchísimo y desde el momento en que nos empezamos a dedicar a esto, queríamos que sonara increíble y estamos trabajando para que eso suceda. Sería muy gratificante decir que en esta etapa Zoé suena todavía mejor, aparte de todo lo externo que pueda pasar.

La cantidad de conciertos que dan durante una gira puede rebasar los cien. ¿Cómo recuerdan a la distancia los shows más pequeños?

Rodrigo. Los podemos recordar porque probamos algo y funcionó o porque todo salió de manera muy natural y todo el mundo la pasó bien, que no siempre es así. Es muy parecido al deporte, no siempre te llevas la victoria y a veces te quedas con ganas de haberlo hecho mucho mejor. Entonces, cuando todo sale muy bien es hasta memorable.

Los festivales grandes, como dijo Ángel, pueden dar mucho nervio porque son más las cosas que pueden fallar. Entonces, nuestros shows favoritos no han sido necesariamente los grandes. De hecho, te puedo decir que en algunas fechas de las más importantes de Zoé en realidad la hemos pasado un poco mal por cuestiones ajenas a nosotros, pero también es parte del recuerdo y en realidad de eso vives, porque de eso aprendes y vas teniendo nuevas tareas, misiones y pláticas.

Los tres músicos saben dimensionar el reconocimiento y los logros obtenidos, si bien en nuestro país son bastante populares no es así en otros países, pero eso les impone el reto de llegar a más personas. Eso sí, recuerdan con cariño las discretas presentaciones que han llegado a dar en bares españoles.

Luego de dos décadas en la industria y con mucho camino por delante, ¿cuál creen que sea el aporte de Zoé?

Ángel. No podría hablar por otras personas, pero puedo imaginar que quizá muchas bandas se han inspirado en nosotros. Zoé, desde el principio, habló mucho de la autogestión y creo que hay gente que lo entendió bien. Porque nosotros venimos de una época donde las disqueras eran la única manera de poder sacar un álbum.

Nosotros estuvimos en una disquera en 1998, fuimos corridos y empezamos a hacer las cosas por nosotros mismos. De ahí la independencia de Zoé y la famosa autogestión. Creo que esa puede ser una de las cosas que las bandas nuevas adoptaron. También tenemos amigos de grupos mucho más jóvenes y por ahí puedo ver un poco de eso, no es necesariamente una forma de hacer las cosas sino una inspiración.

Para HuffPost

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