Luego del éxito obtenido con
Prográmaton (2013), álbum con el que dieron más de cien conciertos, Zoé, regresa a los escenarios con un nuevo disco bajo el
brazo: Aztlán (2018). Esta vez, sumaron a su equipo de trabajo al productor Craig Silvey y se tomaron el tiempo de grabar en su propio estudio Discos Panoram.
A propósito de los planes que vienen con el nuevo álbum, platicamos con Rodrigo
Guardiola (batería), Ángel Mosqueda (bajo) y Jesús Báez (teclados). También hablaron de su relación con los fans y del aporte que el grupo ha hecho a la música mexicana.
Empecemos hablando de Azul, la
carta de presentación del nuevo material.
Rodrigo. El sencillo salió hace
apenas unas horas y lo escogimos porque podría introducir bien a la gente al
sonido del disco que sale hasta el 20 de abril. Todavía no revelamos el título
del álbum, pero ya verán que sí hay una línea conceptual. No necesariamente ligada
a la música, pero sí como texto que va a dar pie a muchas cosas en este ciclo.
Ya hay un primer video, fue
escrito y dirigido por León Larregui (voz) y en el cual se cuenta una historia
de amor en un futuro apocalíptico. Como escenario, tienen Tokio, el Caribe y
Ciudad de México.
Ángel. Yo creo que el
acoplamiento es algo que ya se da de manera natural. Se dio desde el día uno y
así lo hemos mantenido después de haber hecho seis discos. Somos una banda que
más bien funciona de forma intuitiva.
Pero sí te puedo decir que, de
repente, al inicio de cada disco existen ciertos acuerdos de cómo vamos a hacer
el disco, establecemos a lo mejor ciertas metodologías e intentamos comprar
nuevos instrumentos. Ese tipo de cosas que enriquecen la creación de un disco
puesto que no puedes hacer el mismo disco toda tu vida; tienes que buscar
alguna motivación o un nuevo sonido.
Hace cuatro años, el grupo
inauguró su propio estudio de grabación, Discos Panoram por el que ya han
pasado algunas bandas, no así sus precursores, hasta ahora. El álbum, del cual
prefieren mantener como un secreto el nombre, es el primero que trabajan en
este espacio.
Para Jesús, este cambio les
significó muchas ventajas. Desde que a todos les queda cerca hasta la libertad
que les brindó para poder experimentar.
¿Repitieron la fórmula de trabajo
que han hecho con Phil Vinall desde el Rockanlover (2003)?
Rodrigo. Sí, volvimos a trabajar
ocho de los doce tracks con él. Para los cuatro restantes, tuvimos la
participación de Craig Silvey, quien también se encargó de la mezcla del álbum
completo.
En los temas que produjo Craig,
Sergio Acosta (guitarra) se involucró mucho, especialmente en la preproducción
que, por primera vez, hicimos en México. Durante esta parte de la preproducción
íbamos grabando todo, como si fueran las tomas reales, aunque todavía estábamos
buscando arreglos, versiones y estructuras. Pero fluyó muy bien. Creemos que
alzó muchísimo el nivel de los temas y le dio la vuelta a cada uno de ellos. No
fue tan mala idea dividir esto porque fue, a diferencia de otros procesos, más
largo ahora. Nos echamos casi todo el 2017.
Ángel asegura que él sí llega a
sentir nervios cuando van presentarse en un escenario grande, como fue en el
Foro Sol o en un festival de la talla del Vive Latino. Pero, dice, esto es algo
normal pues no siempre se pueden controlar todos los aspectos. Chucho, en
cambio, dice ya no sentir nervios.
Predominan la ansiedad, la
curiosidad y la emoción porque llegue el momento en que los fans tengan el
disco en sus manos, así como sus reacciones ante el mismo.
Jesús. Escuchamos infinidad de veces
cada canción. En el proceso hubo de todo: momentos muy relajados y otros muy
duros por el esfuerzo. Son doce temas y para nosotros es mucho trabajo porque se
tienen que pulir. Ojalá les guste tanto como a nosotros.
Punto y aparte son las
presentaciones en vivo del grupo. ¿Cómo va el proceso previo?
Jesús. Estamos en la etapa de
ensayos, pero ya vamos muy avanzados. Planeamos poner varias canciones de este
nuevo álbum, lo cual nos tiene muy contentos: poder darle una refrescada al
show. Vamos a combinar unos nueve temas con lo más representativo y con lo que
más nos gusta de la discografía de Zoé.
Rodrigo. Esta vez, no sé por qué,
estamos montando las canciones en una línea más cercana a la versión y los
arreglos del disco. Tal vez porque en las giras anteriores siempre hacíamos
versiones un poco más libres. Ese puede ser un cambio interesante porque
también ha resultado de forma natural.
Hemos trabajado mucho en
tecnología para replicar los sonidos de los sintetizadores, que fueron un
montón. Porque no podríamos viajar con todo lo que usamos para el disco, pero
sí hay formas de acercarnos a ese sonido lo más posible.
En cuanto a la parte visual,
apenas estamos cerrando el arte del disco y después vamos a hacer su respectiva
traducción para acoplarla a los shows, que va a ser una parte divertida.
Todavía no te podría describir para dónde va, pero vamos a jugar con la
temática del título.
Hasta los oídos del grupo han
llegado las historias de fans que se conocen y enamoran durante uno de sus
conciertos para luego tener hijas y ponerles, por ejemplo, Paula, Poli o Zoé en
honor al grupo que recientemente cumplió dos décadas de trayectoria. Que la gente
crezca con uno es un privilegio que pocas bandas tienen, aseguró.
Han pisado los escenarios más
importantes de este país, han grabado en varios formatos, incluyendo un
Unplugged y han ido a países en los que pocas bandas ni siquiera piensan
todavía. ¿Qué les falta por hacer?
Ángel. Yo creo que siempre
tenemos nuevas metas. La primera es mejorar nuestro show todavía más. Y aunado
a eso, nos encantaría tocar en festivales en los que no lo hemos hecho. Tenemos
la fortuna de que nos invitaran por primera vez a las ediciones de Chile y
Argentina de Lolapalooza este año. De ahí vamos al Estéreo Picnic de Colombia, por tercera
ocasión; un festival que ha crecido muchísimo y que, creo, ya es uno de los más
importantes de Latinoamérica.
Como esos, hay muchos en los que
queremos tocar para esta nueva gira y yo creo que también es eso, tocar en
países a donde no hemos ido. Pero todo esto, te lo digo personalmente, basados
en mejorar todavía más el show, creo que es algo que nos motiva muchísimo y
desde el momento en que nos empezamos a dedicar a esto, queríamos que sonara
increíble y estamos trabajando para que eso suceda. Sería muy gratificante
decir que en esta etapa Zoé suena todavía mejor, aparte de todo lo externo que
pueda pasar.
La cantidad de conciertos que dan
durante una gira puede rebasar los cien. ¿Cómo recuerdan a la distancia los
shows más pequeños?
Rodrigo. Los podemos recordar
porque probamos algo y funcionó o porque todo salió de manera muy natural y
todo el mundo la pasó bien, que no siempre es así. Es muy parecido al deporte,
no siempre te llevas la victoria y a veces te quedas con ganas de haberlo hecho
mucho mejor. Entonces, cuando todo sale muy bien es hasta memorable.
Los festivales grandes, como dijo
Ángel, pueden dar mucho nervio porque son más las cosas que pueden fallar.
Entonces, nuestros shows favoritos no han sido necesariamente los grandes. De
hecho, te puedo decir que en algunas fechas de las más importantes de Zoé en
realidad la hemos pasado un poco mal por cuestiones ajenas a nosotros, pero
también es parte del recuerdo y en realidad de eso vives, porque de eso
aprendes y vas teniendo nuevas tareas, misiones y pláticas.
Los tres músicos saben
dimensionar el reconocimiento y los logros obtenidos, si bien en nuestro país
son bastante populares no es así en otros países, pero eso les impone el reto
de llegar a más personas. Eso sí, recuerdan con cariño las discretas
presentaciones que han llegado a dar en bares españoles.
Luego de dos décadas en la
industria y con mucho camino por delante, ¿cuál creen que sea el aporte de Zoé?
Ángel. No podría hablar por otras
personas, pero puedo imaginar que quizá muchas bandas se han inspirado en
nosotros. Zoé, desde el principio, habló mucho de la autogestión y creo que hay
gente que lo entendió bien. Porque nosotros venimos de una época donde las
disqueras eran la única manera de poder sacar un álbum.
Nosotros estuvimos en una
disquera en 1998, fuimos corridos y empezamos a hacer las cosas por nosotros
mismos. De ahí la independencia de Zoé y la famosa autogestión. Creo que esa
puede ser una de las cosas que las bandas nuevas adoptaron. También tenemos
amigos de grupos mucho más jóvenes y por ahí puedo ver un poco de eso, no es
necesariamente una forma de hacer las cosas sino una inspiración.
Para HuffPost
Para HuffPost
No hay comentarios:
Publicar un comentario