lunes, 24 de septiembre de 2018

Más Pastel, por favor: Fobia en el Palacio de los Deportes


Diez conciertos y nada más. No hay promesa de un nuevo disco ni de una reunión permanente. Lo dejaron claro en nuestra charla: Fobia no se juntó a causa de la nostalgia sino por el gusto de hacerlo pues no había necesidad de por medio. Ni artística ni económica; el éxito lo han conseguido en repetidas ocasiones en otros proyectos y a distintas escalas.

El pasado viernes Leonardo de Lozanne, Paco Huidobro, Jay de la Cueva, Iñaki Álvarez y Cha! dieron el segundo concierto en el Palacio de los Deportes para conmemorar treinta años desde aquella primera vez que se juntaron para hacer música cuando, inclusive, la alineación era otra.

La sensación fue cercana a juntarte con alguien por quien sientes aprecio sin promesas ni planes a futuro. Es por una noche y ya. Es por ello por lo que el grupo decidió no guardarse ninguno de sus éxitos, empezando por El Diablo. Y como dicho personaje está en los detalles según dicen, bien valía la pena aminorar los ánimos y prestar un poco de atención.

Ahí estaban, en Pudriendo, los samplers originales en los teclados de Iñaki, esos que luego de más de veinte años volvieron a sus manos como un regalo de su esposa. Sonidos que, aseguró, habían provocado un dejà vu en alguno de los ensayos. Los cinco hicieron gala de lo aprendido en el camino. Como si esa persona por la que tanto cariño se conserva no sólo sigue siendo igual, sino que ha mejorado en todos sentidos.

Al menos tres generaciones acudieron al domo de cobre -que se comportó a la altura para la exigencia del compromiso. Seguro alguno tuvo que sobreponerse al descontento de verlos presentarse en televisión cuando los foros para el rock eran los menos. Lo más punk que me tocó ver y sentir fue a alguien que se le pareció buena onda lanzar un vaso de cerveza por los aires. Lo hizo con menos fuerza e ímpetu de lo que habría hecho veinte años atrás, para luego disculparse con la mirada al no saber disimular su débil proyectil que mojó sólo a quienes estábamos frente a él.

Pero para pelear nadie tenía tiempo. Era una sola noche y no valía la pena echarlo a perder.

Los vinilos, según me contaron Paco y Cha, eran especiales porque su precio y poca duración obligaba a la comunión con los amigos para generar ideas y comentarios posteriores. Esta gira también es so pretexto del box set que lanzaron con su discografía y un efecto parecido tuvo el concierto. La amistad tomó como pretexto esas canciones para reunirse y recordar otros tiempos, quizá, mejores. “De saber que vendrías te tendría un pastel”.

No faltó la imaginación. Aparecieron el pepinillo, el microbito, la iguana y todos los personajes que parecían salidos de cuento. A todos se les coreó sin la exageración de perder la voz en ello. Se conserva el espíritu adolescente, pero la edad cobra factura.

Fueron las canciones más tranquilas, las románticas, las que acapararon la atención, las que bien valieron sacar los celulares que se quedaron cautivos en los bolsillos durante gran parte del show. Hipnotízame y Vivo resultaron las grandes coreadas, no haberlo hecho habría sido un error. Quizá no haya otra oportunidad para hacerlo.

Leonardo comentó con cierta tranquilidad en el rostro y en la voz, durante nuestra entrevista, que tenía la sensación de estar ahí reunidos por alguna razón en específico que ninguno de ellos, incluido él, sabía a bien cuál era. Cabía la posibilidad de que dicho círculo ya hubiese sido cerrado sin que se dieran cuenta. No pude notar si algo de tal magnitud sucedió durante las casi tres horas del concierto, pero de que la amistad entre ellos permanece fuerte, que no intacta, es cierto. El fraternal abrazo con el que se despidieron lo demuestra.

Luego de éste, habrá otros conciertos de Fobia dentro del país, en solitario y como parte de festivales, pero es bien probable que no tenga la magnitud de lo que pasó en el palacio. Adelantados a su tiempo, así fueron catalogados en varias ocasiones. Si alguien asume todavía que las segundas partes no son buenas, es porque no saben que Fobia también es la excepción que confirma la regla. Las segundas partes son fantásticas, sobre todo si son de #Pastel.

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