El rapero boricua, Álvaro Díaz,
no es ningún improvisado en la escena mexa pues llegó de la mano de La Banda
Bastön hace un par de años y desde entonces ha subido como la espuma por mérito
propio. Su trabajo le ha valido la cercanía con muchos artistas contemporáneos
y hace un par de semanas, ya frente a su público, reclamó para sí SALA Puebla
como una más de sus conquistas.
Fue a propósito de ese concierto
que me encontré con él días antes para charlar sobre sus inicios, cuando
cantaba únicamente para su mamá, pasando por los foros de internet y un
capítulo oculto en el que participó de un reality show donde fue pupilo de
Residente de Calle 13.
Sin ningún reparo, dejó en claro
que tiene la vista fija en convertirse en un gran artista, pues ser bueno no le
es suficiente. En esta entrevista deja ver que no son pocos los argumentos que
tiene a su favor.
Quienes no te han visto en vivo,
¿de qué se están perdiendo?
De algo bien chévere porque no me
gusta que, para empezar, las canciones suenen de la misma forma que en Spotify
cuando las llevo a un show. Además, me compaña un gran equipo que ha entendido
que me gusta crear una conexión entre mis canciones para ir contando una historia
a lo largo de la presentación. De repente brindamos por estar enamorados y luego
aventamos algo bien festivo para bailar.
A este equipo que va contigo
acaba de unirse Universal Music, ¿cierto?
Sí, me firmaron para distribuir
mis próximos tres discos: Días antes, Días buenos y días malos, y quizá Días
después. De mi siguiente material, Días antes, estamos regrabando unas cositas,
debe estar al ochenta por ciento, y espero que esté fuera en octubre. Ya a
principios del próximo año vendrá Días antes y días malos, del que ya tenemos
seis canciones. Y son dos discos totalmente diferentes, pero van juntos.
Desde hace un par de años, Álvaro
Díaz anuncia la inminente llegada del álbum Días buenos y días malos. En el
camino se atravesó San Juan Grand Prix (2016), que fue concebido en un
principio como un material de transición. La espera ha aumentado las
expectativas y confirma que tomará un poco más de tiempo su estreno; primero
aparecerá Días antes, pero el puertorriqueño asegura no sentir ningún tipo de
presión al respecto puesto que cuando entra al estudio con una nueva canción
entre manos es porque le ha dado tiempo suficiente para tomar forma.
Sobre Días antes, adelanta que es
un feel good project en el que se la pasa bien y se divierte mientras demuestra
sus habilidades; la pretensión no es otra sino bailar al ritmo de algo que
nació de un jamming. En cambio, Días buenos y días malos habrá de
caracterizarse por ser más vulnerable pues, advierte, es más personal y por
ende quien lo escuche podrá conocerlo mejor. Yo siento que así es con mi
música y hay mucho que conocer de mí todavía, pronuncia con gusto mientras
sonríe de forma franca.
Lo voy a dar todo, porque las
disqueras me parecen una cuestión de suerte, puede que entre a Universal y me
traten como uno más y no pase nada. Pero siento que estoy en una buena situación
porque estoy con Broke Kids que es la división de Milkman y Jesse Báez, no es
como que esté solo.
Sé que puedo ser un artista
grande, no sólo un artista bueno. Tengo la capacidad para ser grande y hay que
hacer este tipo de movidas para que eso pase. Estoy en comunicación directa con
el presidente de Universal y está bien pumped up con el proyecto, so no creo
que pasen cosas malas. Es un buen equipo al final de cuentas, menciona
confiado.
Sin embargo, es consciente de que
no hay fórmulas en esta industria tan caprichosa. Como ejemplos pone Silencio,
una canción próxima a salir, e Insomnio, de Hato Rey (2015). Ambas fueron
grabadas al mismo tiempo, pero supuso que era mejor la primera y que habría que
guardarla para un poco más adelante. En cambio, la segunda, afirma, se ha
convertido en un himno que allá donde la toque sus fans se la saben palabra por
palabra.
Siento que San Juan Grand Prix
envejeció súper bien. A veces los artistas sacan productos y la gente los
recibe porque están de moda, pero el público todavía lo pide y si lo sacara
mañana se escucharía bien fresco. Cuando hago música trato de que pueda
trascender así y siento que lo logré con ese concepto, afirma con un remarcado
acento boricua en el que las erres brillan por su ausencia y son sustituidas
por eles, algo de lo que hablaremos más adelante. Cuando lo estaba haciendo no
pensé que iba a ser lo que llegó a ser. Este era un proyectito para ganar
tiempo, eran cinco canciones y ya, iba a seguir mi carrera. Pero de repente se
convirtió en este proyecto con un concepto bien chévere y temas que todavía a
la gente le encantan, so estoy bien contento.
¿Pesa en ti, cuando te metes al
estudio o escribes una canción, que algunas personas te consideren como el “mejor
rapero puertorriqueño” que existe actualmente?
Sí, si me pongo a pensar en las
cosas que he hecho. Lo que pasa es que cuando me pongo a escribir entro en una
zona mental, así lo siento, y a veces cuando sales, escuchas lo que hiciste y
dices “¿cómo diablos yo escribí eso?, ¿qué estaba pensando?”. So, cuando bajo
al estudio trato de hacer cosas frescas, porque no hace bien a nadie intentar
superar lo que ya se hizo. Se siente bien que los fans lancen ese tipo de
comentarios y ojalá que puedan seguir diciendo con orgullo que es verdad, que
soy el mejor.
Entre sus fans como la número uno
reconoce a su mamá. No es ningún secreto el amor que Álvaro profesa por ella y
en La milla de oro y Todo bien hace una declaración de principios de que todo
lo que hace es por y para ella. En la canción que abre su material anterior,
relata lo mucho que recibió de su mamá desde antes de nacer mientras que la que
cierra a su sucesor presume el llenarle la nevera de comida como un logro luego
de tanto tiempo.
Y es que su madre fue la primera
que lo escuchó incursionar en la música, cuando cambiaba la letra de las
canciones cristianas de la radio para suplirlas con sus primeras rimas. Yo
todavía puedo estar en su casa y mientras ella cocina, canta canciones que
escribí cuando tenía quince años, literalmente canta coros que nunca grabé. So,
cuando yo le cuento todas estas cosas que pasan acá se pone a llorar emocionada
por los videos. Me gustaría traerla para un evento. Ella me ha visto en Puerto
Rico en shows con chamaquitos, pero siento que si ve cómo se pone la cosa en
México de verdad se va a ir pa’tras, dice un Álvaro sonriente mientras clava
la vista en el celular como esperando un mensaje de ella en cualquier momento.
Pero la radio no era la única a
la que enmudecía para poner sus palabras encima. Lo mismo haría muchos años
después con algunas películas y dice ser un ferviente amante del cine. Lo
demuestra portando una playera negra con la cara de Pinhead, el ícono de terror
de la cinta Hellraiser. Sin embargo, la presencia fílmica en sus canciones es
femenina: cuida la verdadera identidad de las protagonistas evocando sobre
ellas a Elvira Hancock, de Scarface, y a Mia Wallace, de Pulp Fiction. Vendrá
una más en un futuro cercano y habrá de estar oculta tras la personalidad de
Marla Singer, de Fight Club.
Ahora, cuando compone una canción
en su mente coloca un lienzo en el que va delineando una historia y todos los
elementos que van en ella. El consejo se lo dio René Residente de Calle 13, y
antes de que siga con esa idea, animado me platica del día que lo conoció.
Antes de salir públicamente con
cualquier canción hacía grabaciones que subía en MySpace bajo el nombre de
Armanyx, malísimo, pero era algo que nunca se iba a escuchar porque estaba
practicando”, acota con sentido del humor y continúa, “había entonces una
cadena de televisión que se llamaba Mun2, que era como el MTV de Telemundo, y
estaban haciendo un programa que se llamaba The Hook Up, en el que cogían un
artista grande y lo ponían con alguien que estuviese empezando a hacer algo
similar pero desde abajo, y era un episodio en el que este OG le daba consejos
a un rookie.
Me mandaron un mensaje en el que
decían que les había encantado mi talento y que querían que hiciera una
audición para hacer un episodio con Calle 13. Entonces, con 19 años, voy y me
escogen. Y estuvo bien malo porque a mí me dijeron que era una audición so yo
no iba vestido como que fuera a salir en un programa, me cogieron con el pelo
sin cortar y con una t-shirt saliendo de la universidad, estaba empezando mi
primer año. De repente ya estábamos grabando el programa y me dicen que tengo
además que hablar en inglés, con cincuenta personas detrás de las cámaras, y yo
como que todo el episodio me veo bien nervioso. Yo soy una persona bien tímida,
sabes, hasta que cojo confianza, asegura sin poder contener mucho más la risa.
El episodio es fácil de encontrar
en YouTube y en él, se ve a un jovencísimo Jorge Álvaro Díaz ser instruido por
Residente en su estudio. Les presenta su demo, a él y a Visitante, lo escuchan
juntos y luego le dan consejos, le corrigen la pronunciación y le sugieren
obtener tanta información como sea posible. Al final, Álvaro afirma que no va a
parar de practicar y de escribir siempre con los consejos que acaba de recibir
en mente.
Frente a mí, casi diez años
después de esa aparición en tele, hay un Álvaro que se sabe resultado de esos y
de los muchos consejos que escuchó posteriormente, específicamente, cuando vino
a México. Pero aún falta una parte de la historia acerca de la cinematografía
como elemento en su carrera.
La cosa es que una de las cosas
que me dijo René es que le gustaban mis letras, pero que tratara de hacer cosas
más visuales, so con lo que me dijo yo imaginaba mis canciones como un canvas.
Sin criticar, pero, si te imaginas el canvas de las canciones de Wisin y
Yandel, va a ser todo lo mismo: va a haber una barra, un tipo y una jeva, de
ahí al cuarto. Según lo que me dijo, entendí qué puedo hacer yo para que todos
mis canvas sean diferentes y que no esté contando la misma historia de Wisin, o
que si yo la cuento se va a ver diferente.
Entonces vi en una entrevista
que Kanye West silenciaba las películas y hacía la música que él creía que le
iba mejor a la escena. Drive estaba en mute cuando yo hice Piso 13, Tron
también estuvo en mute para una de mis canciones porque yo me imaginaba cuál
era la música que podía sonar si yo estuviera involucrado. Las películas sí son
bien algo esencial en la música mía por la forma de crear. Si me preguntas cuál es mi película favorita, es bien difícil, pero sería Fight Club, manifiesta luego de
pensarlo si acaso un momento.
¿Sientes alguna responsabilidad
al pintar un canvas de tu Puerto Rico para traerlo acá, como una especie de
embajador?
Yo creo que Puerto Rico se ha
mantenido en mis canciones porque me siento bien orgulloso de ser de allá, ya
ves que tengo el acento bien marcado. Una de las cosas que más me gusta de la
música es hacer que todo se sienta como una conversación, entonces al contarte
una historia y al ser yo puertorriqueño, siento que tengo que hacerlo con mi
slang.
Sin tirar fuego, en un SXSW, una
periodista me dijo que no cambiara el slang, que no me aventara el calletrece,
que igual y para él funcionó, pero eso no significa que va a funcionar para
todos. Siempre quise dejar ese toque puertorriqueño. Yo puedo hablar con la
erre, no es como que tenga una deficiencia y no pueda usarla, pero así es como
se habla. No tengo a la mano una canción que pueda decirte que me como la erre,
pero es súper a propósito y de cierta manera muchos artistas como C. Tangana,
cuando hace reggaetón, está hablando con slang de Puerto Rico, no está hablando
con la erre y la zeta bien marcada como hacen los madrileños. Él habla de
tumbao a su manera y se escucha bien nítido.
En cuestión de letras, yo soy un
artista bien de fluir. Pero poco a poco he empezado a meter barras y punch
lines cosas que en Puerto Rico no existen, ni los artistas más liricales las
usan. Allá le llaman el palabreo, pero cuál, son palabras que he buscado en el
diccionario y están ahí. So, esa influencia de decir barras vienen de acá, del
Muelas de Gallo y de las batallas. En mis canciones siempre vienen dos o tres
cosas que tienes que pensar un poco más y eso es herencia de este hip hop
mexicano, refiere sobre lo que ha aprendido en nuestro país.
Residente y Muelas no han sido
los únicos que ofrecieron su consejo a Díaz. Cuando empezaba a involucrarse y a
la par de hacer sus primeras canciones, entró en reggaetón fórum punto com. Sus
primeras grabaciones fueron subidas a Soundclick y hoy pide que no quede rastro
de lo que ahí subió.
En ese foro atestiguó sus primeras tiraderas, pero eran sanas y entre amigos que trataban de mejorar. Un tipo reconocido por todos como el más duro del sitio, Though Life, sacó una canción sin seudónimo y sobre Isabela, pueblo del que es la familia de Álvaro. Resultó que ese mítico artista era su primo, Micky Medina. Luego de reconocerse, Micky lo llevó a sus primeras sesiones en estudio y le enseñó tanto como sabía encaminando a Álvaro a salir de la isla. El año pasado lanzaron a dueto Me conformo.
En ese foro atestiguó sus primeras tiraderas, pero eran sanas y entre amigos que trataban de mejorar. Un tipo reconocido por todos como el más duro del sitio, Though Life, sacó una canción sin seudónimo y sobre Isabela, pueblo del que es la familia de Álvaro. Resultó que ese mítico artista era su primo, Micky Medina. Luego de reconocerse, Micky lo llevó a sus primeras sesiones en estudio y le enseñó tanto como sabía encaminando a Álvaro a salir de la isla. El año pasado lanzaron a dueto Me conformo.
Hace unos días entrevisté a Fito
Páez y me dijo que los jóvenes artistas están obligados a aplastar el cráneo a
los que abrieron el paso. Creo que esa analogía podría aplicarse en cualquier
género, incluyendo el hip hop, ¿tú te sientes con la capacidad de “aplastar el
cráneo” de quienes te precedieron en el género?
Cien por ciento porque es como dicen, if
someone did something, you should be able to pass them. Es como hasta me
pasó a mí en Puerto Rico, a los jóvenes que vienen se les va a hacer más fácil
por mi aporte, so de cierta manera los artistas de cada generación van
rompiendo puertas y sobre todo puedes aprender de los errores. Por ejemplo, lo
que estaba hablando de Residente, puedo escucharlo y decirte qué es lo único
que no me gusta de lo que hace y entonces hacerlo a mi entender para ser mejor.
Es así con todos los géneros. Ver qué es lo que hicieron, qué les funcionó.
Hace un momento mencionaste las
primeras tiraderas que atestiguaste, pero hoy ves en primera fila el beef que
traen Muelas de Gallo y Eptos Uno, ¿cómo te sientes con esto cuando tú los
tienes juntos en una colaboración en Hato Rey?
A mí me gusta la tiradera. Cuando
iba al colegio, escribíamos en la primera clase y a la hora del receso nos
encontrábamos para tirarnos de frente en un círculo enorme de compañeros. A mí
me encanta mientras no llegue a cosas mayores, tú sabes. Como la que tuvo
Residente contra Tempo, a quien le fue muy mal o la que tuvo con Cosculluela,
que esa estuvo mejor todavía. En Puerto Rico hay mucho de eso, y yo lo tuve
también, pero estamos en paz ya.
Muelas es mi hermano, y mi
relación con él es intocable. No veo por qué yo podría estar involucrado, pero
de cierta manera, mientras se mantenga ahí, en lo artístico, es
entretenimiento. Están guerreando dos monstruos liricales, no son un tonto con
un tonto, es la crema contra la crema, sabes. Siento que está chévere, porque
son raperos y está bien para los dos. Yo pienso que todo eso lo han disfrutado
porque no es de embuste; hasta a mí me han dado ganas de tener tiradera con
alguien cuando los escucho.
Me queda claro lo mucho que le
has aprendido a raperos mexicanos y estadounidenses, pero ¿qué aprendiste de tu
fase en el punk, de tu gusto por Blink 182?
Yo siento que la influencia mía
del punk la encuentras si escuchas Carro rápido y Mala, en esas melodías de los
coros. Blink estaba brutal porque, salieron cuando tenía yo nueve o diez años y
hacían cosas bien cool, eran bien sing-a-long y se relajaban a Britney Spears y
a los Backstreet Boys, eran como los malos o el chiste, no sé.
Mis inicios en la música, esto no
lo he contado mucho, fueron en la escuela donde los cool guys tenían una banda,
todos tocaban batería o guitarra, nadie quiere el bajo, so en Blink, Mark
tocaba el bajo y yo lo quería hacer también. Conocí a estos de la banda, me
hice amigo de ellos, te estoy hablando de un agosto, y les decía, “yo tengo un
bajo en casa, yo sé tocar el bajo” entonces estuve con el embuste hasta
diciembre que pedí uno para Navidad. Siempre les llegaba con que se me había
quedado en casa y enero empecé con ellos; era el peor bajista porque nunca
había practicado y me metía a cada rato a eme equis tabs y memorizaba las
canciones y a los dos meses me botaron de la banda.
Ahora que yo coproduzco toda mi
música, selecciono sonidos, me animo a tocar más cosas y a buscar referencias,
pero siento que estoy pronto a tener mis propios tracks producidos por mí.
Porque siempre mis productores están como “mira esta secuencia, esta
influencia, este tempo”, pero como no sé tocarlo no puedo hacerlo. Pero no
falta mucho para que lo haga porque tengo esa espinita. Estoy practicando y
tengo el oído.
Mientras doy por terminada la
entrevista, es real la sensación de estar frente a un rapero con ganas de ser
un gran artista: alguien que oye y toma consejos. Me animo a pedirle una foto,
si cumple su meta de ser una gran artista, esta será una gran historia.
Para Joyride
Para Joyride
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